Lun: Se llama Clak y se caracteriza por ser liviana y plegable

Lun: Se llama Clak y se caracteriza por ser liviana y plegable

SE LLAMA CLAK Y SE CARACTERIZA POR SER LIVIANA Y PLEGABLE

La gracia de esta silla para niños es que se adapta a cualquier mesa
Por: Rodrigo Sepúlveda, Las Últimas Noticias / 16 de Julio de 2018
 

Hace dos años, la pareja compuesta por la arquitecta Olimpia Lira Sutil y el artista visual Tomás Rodríguez, querían que su su hijo que en esa de poca tenía seis meses pudiera sentarse a la mesa con ellos. “Queríamos que Cirilo compartiera ahí con nosotros desde chiquitito. Creemos que la mesa de comedor es el corazón de toda familia” dice Lira.

El problema era que las sillas tradicionales de guagua no le gustaban o eran muy voluminosas y difíciles de guardar. Así que decidieron crear una silla por cuenta propia. Como desafío adicional debía ser liviana y plegable para poder llevarla a cualquier parte y contar con un sistema para que se pudiera usar en mesas de cualquier altura. Tomaron como ejemplo una antigua silla que usaba Olimpia cuando niña y la adaptaron. El resultado fue bautizado como silla Clak en alusión al ruido que se produce cuando se engancha a una mesa.

Su diseño está pensado para que el mismo peso del bebé presione estructuralmente la silla con la mesa en cuatro puntos diferentes, logrando quedar muy firme. Además tiene gomas antideslizante en sus cuatro puntos de apoyo. Armada mide 52 × 22 × 36 cm y está hecha de acero inoxidable, plástico ABS, goma y PVC. Está pensada para que en ella se sienten bebés desde los seis meses hasta los niños de 18 kilos máximo, es decir normalmente hasta los cinco años. 

“Nuestro primer desafío fue conseguir que el primer prototipo a escala quedará resistente. Lo hicimos en impresión 3D y quedó súper bueno, tanto así que comenzamos a sentar a Cirilo en el y a fotografiarlo para subirlo a Instagram. La respuesta de la gente fue inmediata, la silla generó mucho interés y nuevos seguidores” cuenta Lira

Se recomienda usar en mesa de entre 10 a 40 milímetros de espesor y de cuatro patas, estables y con una base sólida, no de vidrio. “Construir la matriz fue todo un desafío, a pura prueba y error, pues las piezas y el sistema de encaje de las sillas son de precisión milimétrica. Además sabíamos que teníamos una buena idea un muy buen producto y que queríamos crearlo en Chile. Nos parecía muy importante verles la cara y crear vínculos con nuestros maestros y proveedores. Era como estar pariendo un segundo hijo y nos interesaba hacerlo en casa y no en China para abaratar costos como mucho sugerían” explica Rodríguez.